Casi todos caminamos cerca de un ángel todos los días, pero como vivimos atrapados en la rutina y monotonía de la vida lo vemos y a veces dejamos de notar su inigualable esplendor, esa hermosa luz que irradia este ángel no la tiene cualquiera en este mundo, porque refleja amor incondicional, sabiduría, esperanza, bondad, humildad, alegría, paciencia, fortaleza, amabilidad y un sin número de virtudes más que jamás terminaría de enlistar.
No obstante tiene cuidados especiales que no debemos olvidar, además de alimento rico y saludable necesita mimos y amor de nuestra parte, ayuda y consideración con sus diferentes actividades, paciencia y aceptación a lo que nos indica que es lo mejor sin tanta explicación, la irritabilidad y los malos modos son inaceptables, no dejar que se descuide debe ser notable y ayudarle con todo lo que no conoce o no sabe no debe ser lo que nos convierta en personas irritables.
Demos infinitas gracias por tener este hermoso ángel en nuestras vidas, porque hay miles de bendiciones pero ninguna se repite cómo está en la vida, si lo tenemos cerca disfrutémoslo siempre que se pueda, porque su camino en este mundo un día termina, amémoslo, cuidémoslo, que siempre sepa que somos dichosos de tenerle sabiendo que lo mucho o poco que podemos hacer por el siempre, lo dejará satisfecho y con inmensa alegría en el corazón.
¡Gracias por todo a ese hermoso ángel que vive en la tierra llamado MAMÁ!
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