México y el mundo se encuentran volcados ante este intenso grito de ayuda y de hartazgo ante la violencia hacia las mujeres, todas cansadas del acoso en las calles, del abuso doméstico, del constante maltrato en distintos ámbitos sociales, pero sobre todo de los feminicidios, sin embargo, es importante no dejar de lado a los hombres, los buenos hombres que trabajan, que respetan, que nos aman y cuidan de nosotras, nuestros padres, esposos, hermanos, amigos, hijos, aquellos que luchan de nuestro lado por estar con nosotras apoyándonos día a día.
Tampoco dejemos de lado a las personas mayores que necesitan de nosotros, aquellos quienes nos cuidaron cuando más los necesitamos, quienes nos enseñan la sabiduría de la vida, de la experiencia y postura antes las diferentes circunstancias y situaciones, esas cabecitas blancas que no hacen otra cosa que darnos lo que les queda de vida y su inmenso amor; tampoco olvidemos a las personas que no tuvieron la fortuna de tener las oportunidades que muchos si tuvimos, que tienen que trabajar más de catorce horas al día, que viven de lo que construyen con sus manos, de las artesanías que son su único legado, que no tienen oportunidad de alzar la voz porque no todos entienden su dialecto y muchas de las ocasiones son marginados e ignorados.
Y no podemos dejar de mencionar a los que sólo se pueden comunicar por medio de gestos y amor, aquellos animalitos que son maltratados, abandonados y ejecutados muchas de las veces, aquellos que ya no pueden confiar en la humanidad, porque eso es lo que nos falta, HUMANIDAD para tratar a nuestros semejantes, para amar a los nuestros y perdonar a los que no lo son, para ayudarnos y cuidarnos entre nosotros, para hacer de este un mundo mejor, donde las nuevas generaciones ya hayan aprendido lo suficiente del pasado para construir un mejor futuro, donde la evolución nos haya alcanzado para seguir el camino hacia nuevos retos y nuevas formas de vida, pero no, está faltando Humanidad en todos y cada uno de nosotros, tal vez no estamos siendo malos, pero estamos siendo indiferentes, egoístas, ciegos, sordos y mudos, no estamos haciendo ni lo mínimo para mejorar, ni mucho menos para evolucionar.
Levantemos la voz por mujeres, hombres, niños, ancianos y todos los seres vivos, si no podemos ayudar tan solo no debemos lastimar, no debemos retroceder donde deberíamos de avanzar, levantemos la voz para pedir paz por el mundo, nuestro mundo.
¿Qué acaso no se habían percatado que es el único que tenemos?…
Paz para todos, PAZ PARA EL MUNDO ENTERO ?
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